Usamos tecnología avanzada que permite una aplicación precisa de los productos fitosanitarios. Los productos químicos se aplican exactamente donde se necesitan, reduciendo el desperdicio y minimizando la exposición de las áreas no objetivo.
La agilidad de los drones permite una respuesta rápida a los brotes de plagas o enfermedades, lo que puede ser crucial para prevenir deficiencias en los cultivos.
Al utilizar drones, se reduce la necesidad de que los trabajadores entren en contacto directo con productos químicos peligrosos, lo que disminuye los riesgos para la salud asociados con la exposición a pesticidas.
Los drones pueden cubrir áreas extensas en un tiempo mucho menor en comparación con los métodos tradicionales, lo que significa una gran economía de tiempo y recursos humanos.
Los drones pueden alcanzar áreas que son difíciles o peligrosas para los vehículos terrestres, como terrenos montañosos o pantanosos, permitiendo tratamientos en lugares previamente inaccesibles.
Los drones también están equipados con cámaras y sensores que pueden recopilar datos valiosos sobre el estado de los cultivos y la eficacia del tratamiento, lo que permite ajustes más oportunos.
